Acompáñanos en un emocionante viaje hacia la cima del éxito, donde la preparación integral es la clave para alcanzar tus metas más ambiciosas.

Recientemente escuché de mi amigo Alex Villarreal una historia que me hizo reflexionar profundamente sobre la preparación que necesitamos para lograr nuestros objetivos, y quiero compartirla con ustedes.

El 16 de mayo del 1989 Ricardo Torres Nava se convierte en el primer latinoamericano en escalar el monte Everest. Cuando esto ocurrió el era el apoyo de una expedición norteamericana que contaba con muy buenos atletas y montañistas de la época. Algunas de las funciones de Ricardo dentro de la expedición, eran la de subir campamentos, cocinarles, llevarles las cuerdas y los materiales para escalar. Pero sucede que a veces en nuestras vidas se presentan oportunidades inesperadas, y es que cuando estaban justo en el último campamento y antes de llegar a la cumbre, un primer grupo hace la escalada y fracasa no pudiendo llegar a la cima. Luego, unas horas después lo intenta un segundo grupo y vuelven a fracasar; en ese momento el líder del equipo pregunta: ¿hay alguien aquí que quisiera hacer un tercer intento antes de darnos por vencido?, Torres Navas levantó la mano, fue parte de ese tercer grupo, y se convirtió en el 1er latinoamericano en alcanzar la cima del monte Everest.

Cuando a Ricardo le preguntaron, ¿cuál fue la clave para lograrlo?, dijo lo siguiente: Cada mañana y cada noche desayunaba y cenaba como debía de ser, dedicaba el tiempo necesario para alimentarme. Posiblemente muchos de los atletas de la expedición se dormían cansados sin cenar, o se despertaban tarde y no tenían tiempo para desayunar. Y agregó, es que a mi también muchas veces me pasó que estaba tan cansado y con tanto frío que no quería hacerlo, sin embargo, siempre lo hice. Eso marcó la diferencia, eso me mantuvo fuerte, eso hizo que llegara a la cima.

Y les cuento esta historia por que creo que es importante ser consciente de nuestra alimentación, tanto física, espiritual, intelectual, emocional, social, familiar y laboral. ¿Te suena familiar, ¿verdad?, y es que siempre hemos escuchado que debemos tener una alimentación balanceada. Pero a veces nos descuidamos y no prestamos la atención debida a lo que nos alimenta.

Sea cual sea nuestro objetivo, debemos seleccionar adecuadamente que nutrientes necesitamos (lecturas, pensamientos, relaciones, actividades físicas, emociones y alimentación).

Cada día el torbellino diario nos arropa con su manto y nos deposita muchas veces en el cuadrante URGENTE/IMPORTANTE y no permite que nos alimentemos con los nutrientes importantes que nos darán ese último impulso que alguna vez necesitaremos para lograr nuestros resultados, ese impulso para llegar a la cima.

Saludos,


 

Roberto Pérez

Director Ejecutivo de Navega Training and Consulting

Tiene más de 15 años de experiencia en el campo de la consultoría y capacitación enfocándose en proyectos de alineación de equipos directivos, Planeación Estrategia, Transformación cultural y liderazgo

Ha contribuido con el desarrollo de ejecutivos de diferentes organizaciones y empresas multinacionales y nacionales en Latinoamérica, y ha sido catedrático en diferentes universidades de la región.